Siguiendo la discusión originada por el comercial de Franca y en respuesta al último post de Roberto aka Morsa:
1. En verdad, referencias más antiguas al trabajo como enajenación pueden hallarse a lo largo de la historia: desde los cínicos hasta Los Viajes de Gulliver, por Swift. Por no hablar del sentido común que se extiende por la existencia humana y que pinta al trabajo como una obligación esencialmente dolorosa (puede escogerse el mito cristiano de “ganarás el pan con el sudor de tu frente”). Y me pregunto como se puede ser creativo en trabajos como la limpieza de pisos en Larcomar, cajero de Telefónica o laqueador de muebles en Villa El Salvador. Se puede estar medianamente tranquilo, sí; pero eso no viene del trabajo mismo, sino de la esperanza de la hora de salida, del fin de semana o tener dinero para gastar (generalmente en cosas que otros producen en trabajos igual de reiterativos). Mencionas “modernidades no eurocéntricas” y ¡pones a Japón como ejemplo! El país cuyo capitalismo en modo vernacular ha traído una de las tasas de suicidios infantiles más alta del mundo, debido precisamente a la presión de luchar por un lugar en el sistema buenaescuela-buenauniversidad-buentrabajo. ¿Estás bromeando, no? Japón: donde los ejecutivos desarrollan estrés facial por mantener una media sonrisa fija, donde hay “escuchadores profesionales” en las calles que te oyen unos minutos por unos cuantos yenes debido a la falta de comunicación…Ya Fukuyama y Hernando de Soto han hablado de capitalismo no-occidental, y como tú, evitan decirnos como ése u otro capitalismo nos proveerá de vidas significantes en vez de empleos que cuando no son de élite (por ejemplo: publicistas o tecnosociólogos) son por definición enajenantes.
No, el trabajo NO siempre existió: durante centenares de miles de años, vivimos como recolectores de frutos y ocasionales cazadores. Sin trabajo, sin civilización, sin “cultura”. No era una vida fácil; pero en mi opinión, era mejor que estar sometido a las odiosas escuelas, odiosos trabajos y odiosos políticos. ¿Exagero al remontarme a la pre-civilización? No si consideramos que durante la mayor parte de nuestra vida como especie fuimos nómades y el hecho de adaptarnos a pautas física y mentalmente sedentarias como son el trabajo de 8 a 5 y las brutales concentraciones urbanas están desquiciado al animal que aún somos. Ahora, no sé a que llamas el “papel importantísimo en el desarrollo histórico” que tuvo el trabajo (no diré mucho del hecho que pones “natural” y “tecnología” en la misma frase: debo suponer que las largas horas frente a una PC te están pasando factura y ya nada te parece artificial). El trabajo metódico con horario fijo, por cierto, es de historia reciente: junto con las escuelas modernas, nació con la sociedad industrial; es decir, tiene poco más de 150 años (lo que en lapsos históricos es poquísimo). Pero, ya sea reciente o antiguo en su esencia, te doy la razón, el trabajo modifica tremendamente la vida de las sociedades: los miles de egipcios brutalizados para construir las pirámides, los pobladores chinos esclavizados para construir la Gran Muralla, los obreros rurales ingleses convertidos en míseros citadinos* por gracia de la Revolución Industrial, los alemanes propagandizados para colaborar en las fábricas del Reich hitleriano y las poblaciones enteras muertas de hambre durante las durísimas jornadas del Gran Salto maoísta. ..Dejo a tu criterio pensar si esos cambios fueron positivos.
*Lo que contesta a tu pregunta si el desarrollo industrial fue “subversivo”: déjame ver…la sociedad industrial trajo como consecuencias directas o indirectas la explotación de poblaciones rurales en subempleos urbanos, la contaminación ambiental, la producción de armas a un nivel tan masivo que se sostuvieron las dos más grandes guerras de la historia, la creación de las alienantes escuelas modernas como entrenamiento previo a los trabajos ultrasedentarios, la polarización entre el norte y el sur del planeta y la expoliación de este último para sostener las industrias del primero… Si, claro, fue “subversivo”.
2. En cuanto a si los Beatles “hacían canciones para vender”: creo que nos harías un favor a todos a quienes nos gusta su música si dejas de hablar como si fueras uno de ellos y más bien nos dices lo CREES sobre sus intenciones. Gracias. Bien, yo no pienso que ellos hicieran música con esa prioridad, sino por el entusiasmo de hacerla (y que por afortunadas circunstancias culturales -¡y lo buenas que eran sus canciones!- tuvo éxito). Pero es un ejemplo forzado, la inmensa cantidad de productos pop masivo “hechos para vender” son penosos. Pedro Suárez Vertiz o Britney Spears, por ejemplo. Igual el cine, de 100 películas hechas “para entretener/vender”, 99 son basura audiovisual. Te lo ruego, deja de usar a los Beatles no sólo para poner la publicidad a nivel de logro artístico sino para justificar a los intermediarios que han convertido la música en un concurso de mediocridades exitosas.
3. Por statu quo me refiero a ORDEN VIGENTE, esto es: capitalismo + democracia + industrialismo. Dentro de esa matriz, ciertamente, encontrarás variaciones pero teniendo ese marco como referente. En todo caso, es el marco de creencias OFICIAL e institucionalmente normado. Y si el comercial de Franca no defiende el rollo del Gran Capital Salvador, no celebres tanto, que preconiza este otro: “El Trabajo es Vida y la Vida es Trabajo. Bienvenido al Cambio al cual contribuyes pero NO controlas”.
4. Sobre el sexismo, persiste la confusión. Seguramente hay miles de historias de chicos y chicas insistentes junto a regalos y regalitos de todo tipo. Pero esas son las historias de la gente, de nosotros, con sus diferencias y matices; es decir, COMPLETAMENTE lo contrario a la representación estandarizada/de lugar común del comercial. Otra vez: una vez puesto en un medio masivo, el cliché “todas son iguales” se convierte en emisión ideológica (sobre todo en un país machista). Ante la representación pelmaza de nuestras emociones siempre debemos oponer no sólo nuestra inconformidad, sino también nuestra indignación ante sus seudograciosas simplificaciones. ¿Te suena la palabra “inconformidad”?
5. Pensé que había sido claro con el punto sobre el estrés relacionado a la vida condicionada al trabajo. Pero tu ingenio (¿) me demuestra que no fue así. Sintéticamente: la vida dentro del capitalismo no es una vida plena y rica humanamente hablando debido a nuestra sumisión al trabajo o a su ausencia condenatoria (entre otros factores: consumo, autoritarismo). Quienes tenemos un trabajo de segunda élite podemos jugar a “sacarle la lengua” al sistema, pero ¿y quienes no, o sea la inmensa mayoría condenada a la mecanicidad y bajos sueldos? ¿Les invitarás una cerveza Franca cuando salgan de trabajar del turno noche de la fábrica de mayólicas o de diez horas continuas en la embotelladora que no paga horas extras?
6. Tus comentarios sobre el fútbol, sinceramente, rozan la necedad. Como estás interesado en las ciencias sociales, yo hubiera creído que eres capaz de ver el relativismo cultural que tu pasión futbolera entraña: si hubieras nacido en una reserva apache o en un pueblito del noreste de China -por ejemplo-, simplemente el fútbol te importaría un pepino. Es inducción cultural, puedes aceptarla o rechazarla: esto último no nos hace “inhumanos”. A mí me gustan los juegos (incluyendo el fútbol), no el carnaval profesional y nacionalista que es PARTE del fútbol espectáculo. Decir que el fútbol sólo lo entienden quienes tienen "mística" es usar el mismo argumento de quienes idolatran las corridas de toros, acuchillan en peleas de pandillas, marchan por una Europa Aria o defienden los asesinatos de las FFAA.
7. No me gusta la publicidad, ni sus maneras ni sus objetivos. Precisamente por eso, por que me puedo imaginar a un montón de VIPs en una mesa planificando su campaña: es decir, viéndonos como tarúpidos a los que se les puede hacer salivar con un trasero femenino o “emocionarse” con un ¡Dale, Perú!... ¿Publicidad perfecta = pantalla negra en silencio? Mejor que eso, para mí: un clic para apagar esta Máquina Monstruosa que para ti produce comerciales tan hermosos como canciones de los Beatles.