martes, enero 30, 2007

Con lupa los primeros 180 días de gobierno

El Proyecto Coherencia es una organización de jóvenes que en dos años ha crecido y madurado tanto que casi parece que quisieran callarle la boca a los que dicen que los jóvenes "no hacen nada" o que luego de los 90s se olvidaron de la política. A manera de "celebración" de los 180 días del gobierno de Alan García (iba a poner aprista pero cada vez parece más el gobierno de una sola persona), Coherencia nos presenta la web Lupa 180, un ambicioso y logrado análisis del Plan de Acción Inmediata del gobierno. En palabras de Coherencia:

El Plan de Acción Inmediata (PAI) es la relación de acciones priorizadas por el Partido Aprista Peruano para los 180 primeros días de su gobierno. Este plan cuenta con 30 medidas concretas, distribuidas entre trece temas distintos. El PAI fue presentado por el APRA durante las últimas elecciones, como parte de su Plan de Gobierno para el quinquenio 2006-2011. El plazo de ejecución de seis meses (180 días) se cuenta a partir del 28 de julio de 2006, fecha en la que el Presidente Alan García Pérez tomó posesión del cargo.

Ojo, estos no son objetivos de plan de gobierno ni propósitos de mediano o largo plazo. Son cuestiones que ellos mismos consideraron urgentes y se comprometieron con nosotros a solucionar en 4 meses.

¿Y cómo lo hicieron? Pues la conclusión general es que el gobierno ha cumplido el 14% de lo propuesto, incumplió un 43% y cumplió parcialmente otro 43%. Desolador, aunque previsible.

Esto significa que la impresión de que el sr. García nos está estafando en gran forma no es sólo una impresión. Tenemos pruebas.

La web de Lupa 180, en un diseño atractivo, nos muestra tema por tema y punto por punto los avances y estancamientos, presenta un artículo de análisis para cada uno de los 13 temas y da espacio a comentarios de los visitantes. No tiene pierde y es una iniciativa que merece todo el apoyo y difusión que se le pueda dar. Visítenla y pasen la voz.


lunes, enero 22, 2007

¿Solo la muerte puede entrar a palacio?

Hago eco de esta convocatoria que acabo de encontrar en los blogs de Marco Sifuentes y de Jose Alejandro Godoy...


¿SÓLO LA MUERTE PUEDE ENTRAR A PALACIO?

LUGAR: Plaza Mayor
DIA: este viernes 26 de enero
HORA: 4:00 p.m
.

A pesar de que las marchas en el Centro de Lima están prohibidas, ayer viernes el Presidente de la República recibió a una “portátil” de más de dos mil manifestantes a favor de la pena de muerte.

Es eso justo??? El Dr. Alan García Pérez trata a todos los peruanos, sus gobernados, por igual??? Seguro que sí.

Por eso, todos los que estamos en contra de la pena de muerte nos reuniremos PACÍFICAMENTE en la Pileta de la Plaza Mayor. No habrá pre-concentración. A las cuatro de la tarde llegaremos a esperar que nuestro Presidente nos invite a entrar a Palacio.

Estamos seguros que no seremos reprimidos, así como tampoco fueron reprimidos nuestros compatriotas con un punto de vista distinto.

No tenemos buses. No tenemos congresistas. No tenemos ONGs. No tenemos universidades. No tenemos medios de comunicación. Únicamente tenemos una semana para organizarnos todos. Pasa esto por mails, por chats, por teléfonos, por blogs, por foros, por radio bemba.

Un abrazo fraterno

La Sociedad Civil


ACTUALIZACIÓN
Naturalmente, García reprimió a los pocos que fueron, mostrando nuevamente las credenciales democráticas por las que tantos periodistas y políticos lo apoyaron recientemente.

Ver las reacciones de quienes estuvieron ahí:
Desde el tercer piso
Pepitaspuntocom

No estuvieron ahí pero apoyan y comentan:

El Útero de Marita

Gran Combo Club

Dice Silvio Rendón en este último:
"Es un gobierno que recién comienza y sin embargo, las fisuras se le están abriendo demasiado rápido. Es un gobierno que acaba de incumplir su plan de acción de 180 días. Está recurriendo abiertamente a cortinas de humo, su protección a Fujimori va quedando fuera del armario, se evidencia un gran desorden en el manejo de los asuntos del gobierno, el copamiento de cargos públicos va en curso y es rochoso. Esta manifestación no augura nada bueno para García. Quienes ejercen el poder saben muy bien que no hay descontento pequeño que puedan subestimar. Los cuarenta que se manifestaron tienen las de ganar, no las de perder, porque han demostrado en los hechos la vulnerabilidad del gobierno de García, que ya se puede ir preparando a tener más de estas manifestaciones."


miércoles, enero 17, 2007

Sobre heroes, victimas y monumentos

Complicada cuestión la del "Ojo que Llora". No es difícil reconocer en quienes ahora claman por su desaparición a los que no hubieran querido ninguna comisión investigadora, ningún esclarecimiento y ninguna reparación, porque en su opinión lo que pasó en el país fue la manera más adecuada de sofocar un levantamiento subversivo terrorista...

De todas maneras, sería bueno pensar un poco más en qué significa un monumento y cuál es el sentido de este en particular. La mayoría de monumentos con nombres propios se refieren a héroes, o en todo caso personas que simbolizan algo para una colectividad, que tienen algo de mito (a proposito del post anterior). Esta categoría la ganaron estas personas por determinados actos de su vida, y que son los que elegimos recordar. Por ejemplo, Alfonso Ugarte saltando del morro, José de San Martín declarando la independencia, etc.

Ahora, muchas de estas personas pudieron hacer miles de cosas en su vida que preferimos no recordar: asesinar, mentir, ser infieles, pero el monumento sólo dirá "en memoria de fulano por hacer tal cosa", nunca agregará "pero estuvo mal que hiciera tal otra". Y tiene que ser así, porque a quien admiramos no es a la persona real sino al mito, al arquetipo, al paradigma o como quieran llamarlo, algo que nos recuerda determinados valores que aceptamos.

Un monumento a víctimas -como El ojo que llora, o el que recuerda a las víctimas del holocausto judío o los desaparecidos chilenos- fuerza un poco esta lógica. No recordamos a estas personas por acciones que ellas hicieron y merece recompensa. Las recordamos por algo que otros les hicieron y que merece resarcimiento. No son arquetipos, no los admiramos, no simbolizan valores específicos, pero ahí están sus nombres en piedra.

Siento que ahí se origina la confusión, si pensamos que toda persona que aparece en un monumento es un heroe, no podemos aceptar que haya nombres de senderistas en una plaza pública.

Pero si un monumento es también una forma de decir "recordemos que torturar, violar y ejecutar extrajudicialmente es algo que el Estado no puede hacerle ni a su peor enemigo", entonces esos nombres están muy bien puestos ahí. El ojo que llora no está diciendo que fueran (o que no fueran) personas admirables. Está diciendo que nadie merece un destino así.

Para terminar, los dejo con algunos fragmentos del texto que escribió José Alejandro Godoy hace unos días en su blog Desde el Tercer Piso, sobre la lamentable performance de la municipalidad de Jesús María en este tema (qué lástima que el alcalde anterior no hubiera hecho la diferencia cuando pudo, dejando paso libre a este sujeto).

Esos nombres no estaban "indebidamente incluidos". Si se encontraban allí no es por su condición de terroristas, sino porque fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por agentes del Estado - bajo las órdenes de Alberto Fujimori - en 1992. Y hasta la sentencia de la Corte Interamericana en el caso Castro Castro, nadie criticó la existencia del monumento.
(...)

Segunda barbaridad del acuerdo de consejo. Artículo 4: "Solicitar a la Presidencia del Consejo de Ministros la modificación de la etapa complementaria del proyecto arquitectónico "Alameda de la Memoria" que contiene la escultura denominada "El Ojo que Llora" cuya partida asciende a S/. 200,000.00; del cual sólo se ha ejecutado la suma de S/. 18,000.00; con el objeto de que se destine a la recreación infantil en los parques del distrito".

Lo que ignoran los rudimentarios conocimientos de Ocrospoma y sus regidores es que dicho dinero fue otorgado por la CMAN, organismo dependiente de la PCM que se encarga de elaborar los programas de reparaciones recomendados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Y que esos montos fueron derivados a la Municipalidad de Jesús María para un objetivo específico: una reparación simbólica, que era el proyecto "Alameda de la Memoria". Una vez "modificado" el proyecto, que es un eufemismo para decir que no va a ser realizado en Jesús María, simple y llanamente la plata se va.
(...)

Finalmente, el alcalde Ocrospoma no ha tenido otra cosa mejor que hacer que mentir. Así lo recuerda el ex burgomaestre Carlos Bringas:

"El es un mentiroso, está mintiendo porque dice que la escultura de El Ojo que Llora que está en el Campo de Marte no fue aprobada en sesión de concejo y se aprobó estando él presente porque fue regidor y posteriormente se ratificó también por él. (…) En ese año, nunca dio un argumento en contra con respecto a este monumento, ahora está mintiendo".

Lean el post completo en Desde el Tercer Piso

Matando Mitos

Ayer, Silvio Rendón publicó un interesante post en Gran Combo Club sobre el Che Guevara. La cuestión es bastante polémica. Silvio -creo entender- argumenta que el omnipresente culto a la imagen de Guevara en la juventud progresista peruana es un aliciente a la violencia, o por lo menos a la permisividad frente a ésta. Argumenta que el mito no se corresponde con la persona real y propone desmitificarlo (o deconstruir el mito).

Primero que nada, hay que tomar posición frente a la violencia y el asesinato. No importa cuánto haya podido apreciar y aprecie aún los logros de la Revolución Cubana o del propio Che. No estoy de acuerdo con la pena de muerte ni menos con los juicios sumarios o ejecuciones extrajudiciales. Y, en un nivel más profundo, no estoy de acuerdo con la lógica de que esto se justifica por llegar a un objetivo superior. En la "realidad real", creo que el Che Guevara es una persona que debería responder moral y jurídicamente por una serie de crímenes.

Ahora, creo que es un error hacer como si mito fuera equivalente a mentira. No lo es. Los mitos tienen su propia realidad, no tienen por qué ser idénticos a la realidad real, pero sí le dan forma a ésta, y los necesitamos para existir. El mito del Che, como cualquier otro mito, no es malo en sí mismo. No es un mito que nos diga que está bien ejecutar a la gente o dirigir mal un Banco Nacional. Es un mito que habla de tener ideales, de luchar por ellos, de la solidaridad, el desprendimiento, etc.

Que la persona histórica no estuviera a la altura no deslegitima el mito, pues este tiene vida propia. Cuando admiramos a Gandhi, o a San Martin, o a Pachacutec, ¿acaso admiramos a estas personas que no conocimos y no sabemos cómo eran? Lo que buscamos son valores que ciertos actos de sus vidas representan para nosotros. Creo que debemos ser capaces de separar ambas cosas y no asumir que cuando admiramos a un mito debemos hacer todo lo que hizo la persona histórica.

Distinta es la cuestión en Cuba o en EEUU, donde este mito es concientemente manipulado por el poder político. (Ojo: el video que linkea Silvio en su post es purita propaganda anticastrista, bastante desagradable en general).

En fin, estoy bastante de acuerdo con la idea de repensar tanto el personaje histórico como el mito del Che siendo concientes del significado de cada uno.


sábado, enero 06, 2007

muertes buenas y muertes malas

Siguiendo con el mismo tema, ya que en los diarios siguen levantándolo, reproduzco parte de un artículo publicado por Eduardo Gonzalez en el blog Peru en Rumba:



¿Cómo es posible lo que ha ocurrido en San José? Muy sencillo: ha ocurrido por que la masacre de Canto Grande fue un crimen y por la desidia e irresponsabilidad del Estado peruano para enfrentar sus deberes.

(...)
Las consecuencias de la desidia fiscal están a la vista. En forma penosa, en audiencia de la Corte Interamericana de junio del 2006, casi 3 años después del informe de la CVR, el Estado peruano no tuvo más opción que admitir que el caso estaba avanzado “al 95%” en nuestro sistema judicial. ¡Alguien debe creer en el Estado que cabe, ante una instancia internacional, el mismo tipo de excusas absurdas que se usan en las ventanillas de atención al público!

(...)

Hace más de veinte años, la democracia argentina puso en el banquillo a los líderes de las juntas militares que causaron miles de desapariciones y la derrota militar más humillante de la historia de ese país. Uno de ellos tuvo la audacia de utilizar en su defensa el mismo argumento que hoy usan quienes –en el Perú- rechazan el fallo de la Corte: “Nadie tiene que defenderse por haber ganado una guerra justa” dijo el almirante Massera, para justificar actos abominables como el robo de los recién nacidos de las desaparecidas embarazadas.

La respuesta del fiscal Strassera a ese argumento inmoral fue clara: una sociedad que se pretende democrática y civilizada tiene que condenar la justificación de la violencia como instrumento político venga de donde venga, “desterrar la idea de que existen "muertes buenas" y "muertes malas" según sea bueno o malo el que las cause o el que las sufra”. Un crimen es un crimen sin importar quién lo comete y cuál es su motivación política: una mujer violada no se siente menos ultrajada porque su violador haya defendido la Constitución peruana en lugar del “pensamiento Gonzalo”; Ernesto Castillo Páez no está menos desaparecido porque lo haya asesinado un policía en vez de un senderista.

Sin embargo, hoy en el Perú, no faltan quienes repiten el argumento de Massera y pretenden además hacernos sus cómplices, llamando a un referéndum para cortar con la Corte Interamericana. Es decir: para lograr el absurdo de justificar un crimen, se propone el absurdo de utilizar uno de nuestros derechos –el voto- para renunciar a la protección de todos nuestros derechos. Ya que fuimos testigos -en el silencio impuesto de una dictadura- del crimen, ahora se nos pide ser sus cómplices.
(...)

No me afecta -por el contrario, me ennoblece- que el Estado que me representa reconozca un crimen, castigue a los culpables, entregue los restos de las víctimas a sus familias, asegure atención sicológica a los sobrevivientes y los desagravie. Me afectaría, me haría menos ciudadano, que García y Giampietri –sobre quienes pesa la masacre de 1986- se conviertan en los jueces que absuelvan la masacre de 1992. Puedo –debo- reconocer que hasta un criminal puede ser víctima y merecer desagravio, pero no puedo ni debo reconocer jamás que un criminal se convierta en juez y señor de mis derechos.


viernes, enero 05, 2007

Los terroristas no tienen derechos humanos

Columna publicada hoy por Francisco Eguiguren en Peru21

Muchos de quienes cuestionan "indignados" la sentencia de la Corte Interamericana, que condena al Estado peruano por la violación de derechos humanos de internos procesados o condenados por terrorismo, acaecida en mayo de 1992 en el penal Castro Castro, ni siquiera han leído el fallo, que tiene más de 200 páginas. Otros críticos, que tienen rabo de paja por su conducta en materia de derechos humanos, la utilizan políticamente, evitando explicar a los peruanos qué dice la sentencia, cómo fue el caso y por qué nuestro Estado ha sido condenado.

La consistencia jurídica de una sentencia debe analizarse en función de los hechos del caso y de lo que resultó probado en este. Y en el caso Castro Castro, resulta evidente que las fuerzas de seguridad, siguiendo órdenes políticas, de manera inexcusable dieron muerte a 41 internos, hiriendo o sometiendo a maltratos a varios centenares. Ello no solo quedó corroborado por testigos y peritos y por el informe de la Comisión de la Verdad, sino que el propio Estado se allanó parcialmente y reconoció su responsabilidad por tales actos. Y cualquiera sabe que cuando quien es culpable reconoce su responsabilidad, ello no lo exime de sanción, sino que a lo más esta se atenúa. Tampoco cabe criticar al anterior gobierno por reconocer esta responsabilidad del Estado, pues la condena resultaba previsible en este caso y porque un régimen democrático no tiene por qué encubrir los delitos cometidos por un gobierno violador de los derechos humanos.

Que el Estado peruano era internacionalmente responsable y que correspondía sancionarlo está pues fuera de duda. Se puede discutir si las indemnizaciones a las víctimas o sus deudos son excesivas, o si la obligación de realizar un acto de desagravio público y reconocimiento de culpa es "demasiado". En todo caso, estos montos y las reparaciones simbólicas vienen siendo aplicados por la Corte desde casos anteriores. No obstante, diversas autoridades nacionales sostienen que es inaudito sancionar a un Estado cuando los asesinados o torturados son terroristas, que causaron igual daño al país. El mismo argumento del fujimontesinismo y de ciertos sectores militares, para quienes los terroristas no tienen derechos humanos y contra ellos vale todo. Por culpa de quienes así actuaron o piensan, nuestro país recibe estas condenas.

La sentencia, aunque 'duela', debe ser cumplida, dando un ejemplo, al país y la comunidad internacional, que vivimos un régimen que respeta los derechos humanos de todas las personas sin distingo. El Estado podrá luego sancionar (dado que no lo ha hecho aún por obra de la impunidad) a las autoridades políticas y fuerzas de seguridad responsables de estos crímenes, haciendo que paguen con sus bienes las indemnizaciones que deberá abonar. También puede compensarlas con lo que adeuden por reparación civil los terroristas condenados, aunque ello no se aplicará a la mayoría de quienes deben ser indemnizados por el caso Castro Castro, ya que carecen de tales condenas.


Ver más en el Blog del Morsa