martes, febrero 14, 2006

Denuncias y reparaciones

La violencia política de los años 80 y 90, las responsabilidades de las fuerzas del orden y la sociedad, el trabajo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, son temas que en gran parte del público generan reacciones que varían entre el aburrimiento y el rechazo. Hace unos días, Rosa María Palacios escribió en La Primera que:

...hace muy poco no había forma de presentar temas vinculados a violación de derechos humanos, racismo, reparaciones, exhumaciones o cualquiera similar sin que miles de televidentes cambiaran de canal. El fenómeno se daba, sobre todo, y esto revela mucho de la sociedad peruana, en el nivel socioeconómico AB.
(...)

Hasta que el fenómeno se revirtió. Apareció Humala y las denuncias por violación a los derechos humanas en Madre Mía. Ahora sí, la CVR es un referente respetable y la Coordinadora de Derechos Humanos es una instancia de prestigio. Adiós, amnistía militar. Bienvenida la Defensoría.


En estos días, otra noticia puede hacernos recordar el tema: el Estado pagó a Baruch Ivcher, dueño de un canal de TV, 6 millones de dólares por haberle sido quitado su canal durante el gobierno de Fujimori. Como menciona Gustavo Gorriti en La República:

Al pagársele a Ivcher se ha indemnizado a la vez a algunas de las personas y familias que con plena justicia merecían una reparación. Pero, en tanto están juntos, la comparación es inevitable. Y la comparación es obscena. De 31 millones [de soles] acordados en reparaciones, se le paga 20 millones a Ivcher y el resto a una multitud de víctimas.

A los deudos de la decapitada Mariela Barreto se les paga 270 mil soles. A los menores de edad cuyos padres fueron asesinados en la masacre de Barrios Altos se les abona 600 mil soles a un fideicomiso. Y así.

Ojo, que las pocas reparaciones que se han dado -aparte de la de Ivcher- fueron a casos emblemáticos de la violencia de Estado dirigida por Fujimori en Lima. Miles y miles de víctimas afectados durante los gobiernos de Belaunde y García son campesinos pobres quechuahablantes del interior del país, y a ellos (o sus familiares) no se les ha dado nada de nada.

Quizás esta singular ocasión sirva para que algunos levanten un poco el tema de reparaciones, al menos los muchos enemigos de Ivcher... Pero lo dudo. Esto es mucho más peliagudo que sólo llamar la atención sobre gente cuyos derechos fueron violados. Esto se trata de meterse la mano al bolsillo y hacer algo por esa gente. Mucho pedir.

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