"¿Por qué protestan si la inversión extranjera va a traer desarrollo y bienestar para todos?" Pero tú qué harías si te pusieran la mina junto a tu casa... Esta es una columna de Martin Tanaka publicada ayer en Peru21 y en su blog.
Conflicto Minero para Dummies
A propósito de la publicación de Minería y desarrollo en el Perú, con especial referencia al Proyecto Río Blanco, Piura (Lima, IEP-OXFAM-CIPCA-PSG, 2007), de Anthony Bebbington y otros, propongo algunas ideas elementales para entender los conflictos sociales vinculados a la actividad minera.
Creo que una buena manera de pensar el asunto es compararlo con problemas urbanos equivalentes. Esto lo hace comprensible para quienes vivimos en ciudades, y hace visible el que los ámbitos rurales del entorno de los asentamientos mineros no son espacios vacíos, en donde los campesinos aparecen como parte del paisaje; son ciudadanos con iguales derechos que nosotros.
¿Qué pasaría si súbitamente nos cortan el agua o la luz, o cierran nuestra calle, y descubrimos que es porque van a abrir un centro comercial gigantesco en nuestra cuadra, o porque van a construir una vía expresa que cruzará por nuestra manzana, sin avisarnos? ¿Qué pasaría si los inversionistas nos aseguran que nos compensarán "adecuadamente" por las molestias y perjuicios? ¿Les creeríamos? ¿Qué pasaría si las autoridades municipales no dan la cara, si diversas entidades públicas se contradicen entre sí o, aun peor, si percibimos que están coludidas con los inversionistas? Pues, simplemente, saldríamos a la calle a protestar. Algunos, "hasta las últimas consecuencias".
También encontraríamos a algunos que estarían de acuerdo: por ejemplo, los que estaban pensando en mudarse y ven revalorizadas sus propiedades; los que viven cerca, pero no son afectados directamente; y las autoridades tenderán a pensar que es bueno recaudar más y así poder atender los urgentes problemas del vecindario. En medio de todo esto, por supuesto, diversos políticos y negociantes aparecerán y apoyarán a alguno de los grupos en pugna. Creo que la dinámica de los conflictos mineros no difiere sustancialmente de la situación aquí planteada.
¿Qué hacer? Primero, es necesaria la información, la consulta y la participación de los vecinos en la toma de decisiones. Segundo, esto no es suficiente, porque siempre habrá algunos a favor y otros en contra: es necesario que en este debate se tome en cuenta los intereses de los afectados y también el "bien común", y este debate es eminentemente político (debate sobre desarrollo local). Tercero, este debate debe expresarse en criterios de zonificación y desarrollo urbano transparentes (ordenamiento territorial; no es mina sí o no, sino en qué condiciones). Cuarto, debe haber una autoridad (ambiental) capaz de dirimir disputas, velar por el establecimiento de compensaciones adecuadas para los afectados, por el cumplimiento de los acuerdos, y capaz de imponer sanciones, drásticas, de ser necesario. Se necesita otra institucionalidad estatal.
miércoles, junio 13, 2007
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