miércoles, noviembre 09, 2005

Nobel y paranoia

El Wall Street Journal entrevistó al premio Nobel de economía Thomas Schelling. Una de las cosas que llaman la atención es cómo parece restar importancia a las amenazas que alimentan constantemente la paranoia estadounidense.

WSJ: ¿Cómo han cambiado las reglas del juego de la disuasión nuclear ahora que los protagonistas son países como Irán y Corea del Norte, en vez de la Unión Soviética?

Schelling: Creo que si Irán y Corea del Norte consiguen armas nucleares, las utilizarán como armas de disuasión. No quieren involucrarse en ningún tipo de guerra nuclear. Sólo querrán usarlas para evitar que Rusia o EE.UU. intervengan militarmente y entonces sabremos lo que es ser disuadidos no por un adversario altamente calificado, sino por un par de pequeños adversarios hostiles. Puede que tengamos que acostumbrarnos a eso.
(...)

WSJ: En el caso más amplio del terrorismo, se está lidiando con un enemigo que no parece estar guiado por el sentido de auto preservación al que estamos acostumbrados por parte de un enemigo.

Schelling: Es importante para las víctimas potenciales reconocer que con la excepción de las Torres Gemelas en Nueva York, el terrorismo es un problema casi minúsculo. (John) Mueller, de la Universidad Estatal de Ohio, calcula que el número de personas que mueren a causa de ataques terroristas es menor al número de personas que mueren en la bañera. En las Torres Gemelas perdimos a cerca de 3.000 personas, lo que equivale a cerca de tres semanas y media de fatalidades automovilísticas en EE.UU.

WSJ: ¿Entonces cuáles son los principales temas globales que deben ser atacados?

Schelling: Un gran problema será el cambio climático. Vamos a pasar mucho tiempo tratando de descubrir qué hacer al respecto.

WSJ: Pero también ha dicho que no espera que el calentamiento global afecte severamente a las economías desarrolladas, porque la agricultura representa una parte muy pequeña de nuestra economía.

Schelling: Es una amenaza severa para los países en desarrollo. En muchos países la mitad de la gente depende de la agricultura para subsistir. En nuestro país la agricultura ha perdido tanta importancia que el censo ha dejado de contar a los campesinos.

WSJ: Entonces, ¿por qué supone una amenaza tan grande?

Schelling: Si a EE.UU. no le preocupa el daño ecológico, las especies en vías de extinción y cosas por el estilo; si no le preocupa lo que pase en Indonesia o Brasil; si cree que el aire acondicionado solucionará sus problemas climáticos; entonces diría que salvo un par de excepciones, no tiene nada que temer. Una excepción es que hay un bloque de hielo en la Antártida. Está sujeto por varias islas, pero el calentamiento del agua puede hacer que se deslice al océano. Se estima que eso subiría el nivel del mar en aproximadamente 6 metros. Eso significaría que se podría ir de la Casa Blanca al Capitolio en barco. Sería una gran catástrofe.


Curiosa esa actitud de que si algo sólo afecta a los países pobres, entonces no se trataría de una gran amenaza, y la -espero- irónica respuesta de Schelling.

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