domingo, mayo 24, 2009

outsiders y antisistemas politicos/economicos

Esto iba a ser un comentario a un post del Jorobado Notre Dame en el que decía cosas como:

Entonces, ¿quiénes serían los outsiders y los anti-sistemas en el 2011? Hagamos el ejercicio de acuerdo con los patrones que hemos definido. Keiko Fujimori no sería para nada una outsider, ya que actualmente ocupa un cargo como congresista como parte de una organización política con representación parlamentaria. Sin embargo, sí por lo menos temporalmente mantiene un discurso político anti-sistema en lo político (como dije vamos a excluir de esta discusión los temas económicos), que podría moderar de acuerdo con las alianzas políticas electorales. El padre Marco Arana tampoco me parece un outsider. Efectivamente, se trata de un religioso, pero, como él mismo lo ha señalado, su capital político lo ha construido en la “lucha social”. Es un dirigente social más, como lo sería por ejemplo Mario Huamán o Alberto Pizango (este último de posiciones políticas radicales, pero para nada un outsider). Más bien es una muestra de cómo el sector no gubernamental empieza a tener un rol más protagónico en la política electoral (es un candidato ONG). Ante la ausencia de partidos y de organizaciones sociales fuertes, son las ONG las que llenan ese vacío de promotores de liderazgos en la sociedad civil. En el plano político, no considero que Arana tenga un discurso anti-partidario, ni anti-establishment; pero sí anti-minero (eso lo trataré en otro post). Quienes sí serían eventualmente outsiders serían tanto el general Donayre oJaime Bayly, por dar algunos ejemplos de nuestro folcklore político. Lo más probable, conociendo sus antecedentes (por ejemplo, la campaña por el voto viciado de Bayly el 2006) es que sean también anti-partidos.


Concretamente quería contestar a Carlos del Carpio, quien comentó:

Habría que aumentar una tercera dimensión sobre la posición frente al sistema económico para completar el cuadro. (...)
En ese sentido y siendo precisos, el discurso económico de Vargas Llosa era anti-sistema en 1990, en el mismo sentido que lo era Ollanta en el 2006. Curiosamente, el mismo sector que apoyó al primero crucificó al segundo bajo el argumento de ser un candidato "anti-sistema". Este ejemplo ilustra porqué la discusión no debiera limitarse a cuestionas como si se es “anti” o “pro” sistema, sino de tener claro de que sistema se está advocando.


Y lo que yo quería decir era:

Tal como yo al menos interpreté este post, el omitir la dimensión "sistema economico" no solo era intencional sino necesario para mantener un minimo de rigurosidad (y me parece una acertada decision por parte del autor). Me da la impresión (y me la refuerza lo que propones) que el intentar incluir esta dimensión en las definiciones de "outsider" y "antisistema" es una de las principales causas de confusión.

La explicación que se me ocurre en este momento es la siguiente:

Los políticos juegan al juego de la política. Como se trata del gobierno, pues eso incluye de manera principal a la economía, y luego una serie de cosas más, pero no ES el juego de la economía. Es el juego de la política. Entonces pueden ensayarse y romperse muchos sistemas económicos sin dejar de estar adentro del juego de la política, pero si se rompe el sistema político, pues se rompe el juego.

En concreto creo que lo que quisiera poner en consideración es esto: Un político no tiene la misma "obligación moral" de conservar determinado sistema económico como la tiene de conservar el sistema político dentro del cual existe (como el pez en el agua). Como un jugador de futbol no tiene la obligación de respetar las reglas del water polo mientras está jugando futbol.

Dentro de un juego uno puede jugar otros juegos y puede cambiar o romper las reglas de estos otros juegos. No del juego principal porque si las rompe, todo se va al cuerno. Dentro de un sueño uno puede soñar otros sueños, pero sólo deja de soñar cuando rompe las reglas del sueño 1 y se despierta.

En ese sentido, no tiene caso decir de un político que es antisistema económico. Menos aún descalificarlo por ello. Está en todo su derecho de querer desmontar el sistema economico vigente, mas no el sistema político.