jueves, julio 27, 2006

Militarizando America Latina

Desde el 2001, amparado en sus guerras "contra el terrorismo" y "contra las drogas", EEUU ha vuelto a incrementar la presencia de sus Fuerzas Armadas en nuestro continente. Mientras algunos piden que intervengan más todavía (recordemos esto por ejemplo), ellos se van asegurando con más gasto militar, más bases y más ejercicios conjuntos. Un artículo de Marcelo García publicado en VoltaireNet el año pasado describe ampliamente la situación.

En la búsqueda de abrirse camino el imperialismo estadounidense ha generado todo un andamiaje de intervención militar en América Latina, que a lo largo de la última década ha tomado diferentes formas. Por un lado se destacan las más de 10 bases militares instaladas y por situar en la región, como así también los ejercicios conjuntos con fuerzas armadas de los distintos países del continente, muchos de los cuales tienen características estrictamente militares pero otros aparecen disfrazados de misiones humanitarias, de ayuda social o de investigación médica y ecológica.

Es así como se llega a la complementación de las bases militares instaladas en Centro y Sud América, las que están estrechamente unidas al Plan Colombia, el Plan Dignidad e Iniciativa Andina, que tienen su correlato en los ejercicios llamados Cabañas, Aguila, Unitas, Cielos Centrales, Nuevos Horizontes, Fluvial, etc. Todas estas piezas son parte de una misma parte de la pinza que busca apoderarse del continente latinoamericano.
(...)
Los ejercicios militares conjuntos entre fuerzas estadounidenses y latinoamericanas (...) les posibilita a los yanquis ‘desnacionalizar’ ideológicamente a los militares de los países del continente y además adiestrarlos bajo las doctrinas generadas desde Washington.

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Mientras pasa todo esto, los medios de comunicación latinoamericanos miran para otro lado. La Agencia Periodística del Mercosur realizó un estudio sobre los contenidos de algunos de los principales medios escritos de Argentina, Colombia y México, en el que se comprobó la poca cobertura que la mayoría de éstos dan al tema.

Ninguno de los cinco medios en cuestión informó, por ejemplo, sobre las incursiones de paramilitares colombianos en territorio venezolano -prevista en el diseño del Plan Colombia-, salvo en dos ocasiones pero en la sección de noticias breves, y siempre utilizando fuentes oficiales colombianas, que desmientan la especie.

En este tema, las fuentes de información de estos diarios (la mayoría pertenecientes al Grupo de Diarios América - GDA, del que también forma parte El Comercio de Perú) suelen provenir de las embajadas y servicios de inteligencia estadounidenses, además de unas cuantas agencias de prensa de ese país o la Unión Europea. Quizá por eso mismo, la lógica y conceptos que sustentan sus noticias están fuertemente influidos por el pensamiento oficial norteamericano:

Tanto en sus columnas de opinión como en sus páginas informativas, estos medios apelan a las construcciones discursivas diseñadas por el sistema de poder de Estados Unidos, dice el estudio del Observatorio de Medios de APM.

Un caso testigo de esa caracterización es la apelación constante a los conceptos "terrorismo" y "terrorismo" internacional", según la semántica impuesta por la administración de George. W. Bush, añade el mismo documento.
(...)

"Si tenemos en cuenta la importancia estratégica del tema y la paralela poca relevancia que esos cinco medios le dan a la cuestión, como así también los enfoques y la semántica con que aparecen las pocas piezas referidas a la misma, concluimos que en todos los casos estamos ante verdaderas operaciones de ocultamiento, funcionales a la estrategia enunciada por el gobierno de Estados Unidos"

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EEUU realiza ya casi la mitad del gasto militar total del mundo. Su interés en América Latina no es nuevo ni pasajero, pues responde a una situación geopolítica y a las posibilidades económicas que da el control de recursos de fácil acceso. Guillermo Giacosa reflexiona hoy sobre este mismo tema en su columna de Peru21.

Si tenemos en cuenta que las dictaduras más feroces que padecimos en esta parte del continente estuvieron encabezadas mayoritariamente por elementos educados en las academias militares dirigidas por Estados Unidos, debemos admitir que este hecho es más que preocupante.
(...)
¿Será la actual primavera democrática que vive América Latina solo una estación de tránsito? Si Estados Unidos no ha vacilado en invadir brutalmente Afganistán e Irak y se permite callar ante la bárbara embestida israelí contra el Líbano, no veo por qué ha de tener prejuicios para contribuir a estimular nuevas dictaduras en esta parte del mundo. Quienes han evitado firmar casi todos los acuerdos internacionales que los obligan a un comportamiento civilizado son capaces de eso y de mucho más. Debemos estar alertas para no repetir una historia que ha sido la principal causante de la inmadurez de nuestras democracias y de la postergación de nuestros pueblos.

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Más información sobre gasto militar en el mundo
Ver también el sitio del Instituto Internacional de Estudios por la Paz de Estocolmo (en inglés)

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