Totalmente de acuerdo con este post publicado hoy en Politikha sobre la poco feliz entrevista al presidente García en El Comercio. Copio una parte del post:
Un país moderno y en orden no es un país que hostiliza a la sociedad civil y que endurece su relación con las organizaciones y movimientos en conflicto.
Un país democrático no es aquel que cambia las reglas de juego para concentrar el poder.
Un país que aspira a vivir en paz y tranquilidad social no es aquel que alienta medidas represivas e intolerantes.
El consenso y el diálogo no son sinónimos de debilidad o bobería. Son la esencia de la democracia. No se pueden reemplazar por la diatriba y la persecución sin cambiar la naturaleza del estado de las cosas.
En su entrevista García no nos habla, nos notifica. No nos escucha, nos llama quejosos. Por último, en el estribo, dice sin ambages que nos gusta que nos den por el culo (por otro lado, ¿y si así fuera, qué le importa?). Este es -qué vergüenza- el presidente de nuestro país:
Y le recuerdan el caso de Jesús Lora.
Bueno que lo recuerden, parece que muchos sienten en ese lugar el tema, ya ese es problema de ellos. Cada uno siente las cosas donde le gusta.
lunes, mayo 12, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario