Creo que Salas confunde “piratería (cultural)” con “circuito alternativo”. A éste último, en tanto oposición a los modos oficiales o mainstream de producción cultural, se le puede “exigir” que genere espacios de creación e individualidades de mérito artístico/estético. Pero la piratería es más un modo de distribución que de producción (hablo aquí incluyendo a la piratería que ejercemos casi todos al copiar un cd, un dvd o fotocopiar varias veces un libro para regalarlo o venderlo).
Negar o no ver que la piratería fomenta/genera la creación alternativa es estar ciego a su papel como proveedora de insumos creativos. Todas las personas que conozco que hacen música, dibujan cómics, escriben poesía/narrativa o ejercen la crítica y/o el periodismo marginal han tomado ideas, estilos, ejemplos-de-como-hacer (y sobre todo, entusiasmo) de obras que han llegado a ellos por medio ilegales; es decir, la piratería. Ninguno hubiera podido pagar la cantidad oficial que se pide por esa cultura, ni siquiera por el 5 % de lo que buscamos para satisfacer nuestra curiosidad intelectual. Suponiendo que tengamos dinero para pagar esos precios (mejor dicho, pagar los sueldazos de los gerentes y subgerentes de las compañías distribuidoras): ¿olvida Salas los filtros con que los intermediarios –distribuidores cinematográficos, librerías, compañias de discos- restringen el acceso a la producción cultural mientras nos inundan de artefactos culturales mediocres?
Talvez ignora el caso del circuito de música vernacular en varias ciudades del Perú (incluyendo Lima). Prácticamente la totalidad de discos y dvds que se venden de huayno, chicha y tecnocumbia son piratas. Lo interesante es que los artistas dicen que ello los favorece (o por lo menos no los perjudica), ya que divulga mucho su música y así pueden hacer esos multitudinarios conciertos donde su entrada económica es más directa. Una disquera tendría que vender sus discos a un precio prohibitivo para las clases populares, así que los artistas se han acomodado a la idea de la difusión masiva sin ganar por disco pero sabiendo que la distribución de ese tipo tiene más alcance que la que cualquier disquera puede tener (o le interesa tener).
Pide que le mencionen un artista “conocido” surgido de/por la piratería. A ver, ¿qué es ser “conocido”? Ojo, no pide que le presenten un artista logrado en su arte, o bueno, o talentoso. ¿Para eso sirven los canales sancionados por el establishment, para hacerse “(re)conocido”? En realidad, si. Es obvio que Salas no sólo cree que uno debe funcionar con los mecanismos de producción (cultural) del Capital, sino también con sus principios. Parece no entender que hay quienes no buscan hacerse conocidos o mediáticos como prioridad. Uno quiere que vean, lean o escuchen lo que hace, pero sin caer precisamente en las concesiones del espectáculo con respecto a la obra: bajarle el tono, no ser políticamente agresivo, caer medianamente simpático, pensar en el best-seller (volverse un Roncagliolo, por ejemplo).
De acuerdo en que el capitalismo ha diseñado la más eficiente, masiva, metódica e incesante maquinaria de producción cultural. Nunca ha existido nada como eso. Los regímenes de socialismo autoritario no pueden competir con el pujante capitalismo. Los circuitos alternativos son pigmeos en comparación a los gigantes del entretenimiento y la cultura global, capaces de producir, entrenar, mutar, repartir artistas y obras a todo el globo para que las personas encuentren diversión a toda hora, en todos los canales, en todas las emisoras, en todos los cines. Completamente de acuerdo.
Negar o no ver que la piratería fomenta/genera la creación alternativa es estar ciego a su papel como proveedora de insumos creativos. Todas las personas que conozco que hacen música, dibujan cómics, escriben poesía/narrativa o ejercen la crítica y/o el periodismo marginal han tomado ideas, estilos, ejemplos-de-como-hacer (y sobre todo, entusiasmo) de obras que han llegado a ellos por medio ilegales; es decir, la piratería. Ninguno hubiera podido pagar la cantidad oficial que se pide por esa cultura, ni siquiera por el 5 % de lo que buscamos para satisfacer nuestra curiosidad intelectual. Suponiendo que tengamos dinero para pagar esos precios (mejor dicho, pagar los sueldazos de los gerentes y subgerentes de las compañías distribuidoras): ¿olvida Salas los filtros con que los intermediarios –distribuidores cinematográficos, librerías, compañias de discos- restringen el acceso a la producción cultural mientras nos inundan de artefactos culturales mediocres?
Talvez ignora el caso del circuito de música vernacular en varias ciudades del Perú (incluyendo Lima). Prácticamente la totalidad de discos y dvds que se venden de huayno, chicha y tecnocumbia son piratas. Lo interesante es que los artistas dicen que ello los favorece (o por lo menos no los perjudica), ya que divulga mucho su música y así pueden hacer esos multitudinarios conciertos donde su entrada económica es más directa. Una disquera tendría que vender sus discos a un precio prohibitivo para las clases populares, así que los artistas se han acomodado a la idea de la difusión masiva sin ganar por disco pero sabiendo que la distribución de ese tipo tiene más alcance que la que cualquier disquera puede tener (o le interesa tener).
Pide que le mencionen un artista “conocido” surgido de/por la piratería. A ver, ¿qué es ser “conocido”? Ojo, no pide que le presenten un artista logrado en su arte, o bueno, o talentoso. ¿Para eso sirven los canales sancionados por el establishment, para hacerse “(re)conocido”? En realidad, si. Es obvio que Salas no sólo cree que uno debe funcionar con los mecanismos de producción (cultural) del Capital, sino también con sus principios. Parece no entender que hay quienes no buscan hacerse conocidos o mediáticos como prioridad. Uno quiere que vean, lean o escuchen lo que hace, pero sin caer precisamente en las concesiones del espectáculo con respecto a la obra: bajarle el tono, no ser políticamente agresivo, caer medianamente simpático, pensar en el best-seller (volverse un Roncagliolo, por ejemplo).
De acuerdo en que el capitalismo ha diseñado la más eficiente, masiva, metódica e incesante maquinaria de producción cultural. Nunca ha existido nada como eso. Los regímenes de socialismo autoritario no pueden competir con el pujante capitalismo. Los circuitos alternativos son pigmeos en comparación a los gigantes del entretenimiento y la cultura global, capaces de producir, entrenar, mutar, repartir artistas y obras a todo el globo para que las personas encuentren diversión a toda hora, en todos los canales, en todas las emisoras, en todos los cines. Completamente de acuerdo.
Excepto por un detalle: esa maquinaria está produciendo el aluvión de basura seudoartística más grande que se haya visto. Por cada buena banda o buena película hay diez o veinte mil depositarios de detritus del espectáculo. Desde Britney Spears hasta Enrique Iglesias, pasando por Paulo Coelho y Ronald Emmerich. Y si que sabe recompensar la sumisión a sus principios: hey, Salas, tu maravilloso capitalismo peseteó hasta el final de su vida a Orson Welles por querer hacer SUS películas y no las que le ordenaban. ¿Qué sacrilegio, no?
4 comentarios:
Qué buen post, estoy de acuerdo en todo. Precisaría nomás que en el "circuito alternativo", al menos de la música, hay más basura que en el circuito comercial.
Hay también, claro, cosas alucinantes, mis favoritas. Pero no por ser desconocido te vuelves de calidad, hay amateurismo, canciones monses, arreglos malos, grabaciones chacra, mal gusto, figuretismo, todo.
En el mainstream oficial nadie desafina, al menos.
Claro que el mainstream amateur viene a ser lo peor que hay.
Hola, Jesús. No quiero dejar de comentar esta pregunta:
"Suponiendo que tengamos dinero para pagar esos precios (mejor dicho, pagar los sueldazos de los gerentes y subgerentes de las compañías distribuidoras): ¿olvida Salas los filtros con que los intermediarios –distribuidores cinematográficos, librerías, compañias de discos- restringen el acceso a la producción cultural mientras nos inundan de artefactos culturales mediocres?"
Yo vivo en una ciudad donde todo el mundo puede pagar lo que te parecen "altos precios" que en realidad son precios del mercado. Te puedo decir que no hay ninguna restricción. Al contrario, la posibilidad de conseguir legalmente producciones fuera del mainstream es casi del 100%, salvo por algunas pocas cosas que no se editan desde hace mucho tiempo (estuve, por ejemplo, buscando DVDs con filmes de Jancsó). Las editoriales tienen sus filtros y tienen derecho a tenerlas porque es su negocio pero no es verdad que no haya editoriales ni productoras alternativas. Quien busque cine, música, literatura de calidad los puede encontrar a precios accesibles.
Una pregunta: ¿por qué te preocupan tanto los "sueldazos" de los gerentes? ¿cuál es el criterio para distinguir un "sueldazo" de un "sueldito"? ¿acaso crees que los dueños de las empresas les pagan "sueldazos" porque son regalones o más bien porque consideran que esos altos salarios responden al valor de su trabajo? En todo caso, si los capitalistas fuesen tan zonzos de pagar altos sueldos a quien merece bajos sueldos, ese es su problema. Pero sigue siendo una interpretación bastante extravagante.
Daniel: como dices, talvez eso suceda en la ciudad donde vives. Acá en Lima, si no fuera por la pirateria de dvds, la oferta cinematografica seria en 98% de blockbusters y summermovies usamericanas. Eso es suficiente para apoyar la pirateria visual.
Y aun en librerias puedes ver que los precios son altos (en comparacion al sueldo minimo). De ninguna manera "accesibles", como tú los llamas. Si yo gano poco más del sueldo mínimo ¿debo dejar de comer para leer?
Los sueldazos de los ejecutivos de disqueras y productoras de cine no me "preocupan": me exasperan. Son el sobre precio que -precisamente- pagamos por cds y peliculas. Lo han dicho varios músicos (Chuck D. de Public Enemy, por ejemplo); el sistema de las disqueras es tan perverso que un grupo con un hit puede acabar debiendole a su disquera. ¿Que estemos pagando a mercenarios sin talento sólo por ser intermediarios y saturarnos de marketing te parece que sólo es problema del capitalismo en sí?
Tiendo a estar de acuerdo con lo que dice Jesús, y siempre he preferido no pronunciarme sobre el tema porque hay, al menos para mí, muchos cabos sueltos. Por ejemplo, ¿qué hay del personal que trabaja en esas imprentas pirata, que no recibe los beneficios sociales a los que tiene derecho? El ejemplo de las patentes de medicinas también lo hemos discutido Jesús y yo varias veces, y creo tener más o menos una respuesta sobre eso, pero veamos primero lo que más me interesa, los libros, donde me parece que hay un hecho incuestionable: están demasiado caros. Fíjense:
La Hora Azul me costó S/.10.00 en Quilca. No es una impresión de calidad óptima, pero tomémoslo como base del cálculo:
=> Impresión+Distribución+Otros Gastos+Útilidad: S/.10.00
=> Impuesto a la renta no pagado (estoy suponiendo una utilidad antes de impuestos del 10%): S/.0.30
=> Derechos de autor (10% del precio en liberías): S/3.50
Costo de formalización del personal (sólo por tirar una cifra): S/. 2.00
TOTAL: S/.15.80
IGV: S/.3.00
Valor Venta: 18.80
Es decir que si le quitamos el IGV, me cuesta lo casi mismo que Rosa Cuchillo en la edición barata (que además tiene una carátula bastante menos huachafa que la de S/.30 y entra fácilmente en el bolsillo de un saco). ¿Y cuánto cuesta La Hora Azul en una librería normal? S/.35.00, o sea la comida de una semana (o medio ceviche de pejerrey en ese restorán que está en la bajada balta).
¿Qué tiene la edición formal que no tiene la pirata? Cartulina más gruesa y blanca en las tapas, letras del doble del tamaño normal, menos páginas que se despintan, etc, pero sobre todo, no tiene el costo de marketing (la plata para pagar los premios no debe caer del cielo) ni el gasto en personal directivo, que suele ser el 50% del gasto total en personal (y en el caso de una editorial, donde seguramente la mayor parte del trabajo se subcontrata, debe ser todavía más). Ahí se van los S/.16.20 de diferencia, casi la mitad del precio al público. En un mercado donde uno tratara directamente con el autor (o con la editorial de San Marcos) y la impresión fuera bajo demanda, yo podría incluso darle más al autor; y la tecnología de impresión de libros bajo demanda sólo será rentable cuando las editoriales vean que su negocio ya no rinde (porque entonces se invertirà màs en ellas, porque ya serà negocio).
No niego que muchas cosas se deben regir por las leyes del mercado. Pero gastar dinero en algo inutil es algo que nadie quiere hacer, y el trabajo administrativo o directivo, en este caso, no ayuda para nada en el logro de una novela, sólo en su difusión, algo que perfectamente se puede hacer con críticos con credibilidad y redes como la blogósfera. (Podrìa ser màs especìfico, pero comprenderàn que necesito mi actual trabajo)
En cuanto a las medicinas: Efectivamente, en la actualidad no hay forma de hacer que se produzcan sin la protección de lsa patentes, pero eso no quiere decir que no haya otros caminos. EEUU invierte en la investigación de armas (mediante el Pentágono, contratando a empresas como la de Cheney) no porque se rija por las leyes del mercado, sino por una decisión política, y los efectos de esa investigación en tecnología tiene efectos en otras áreas (sólo sé de esto por referencias, no he leído ningún libro al respecto ni tengo datos exactos). Entonces, ¿necesariamente la investiación en medicinas tiene que regirse por las leyes del mercado? OK, hay que ser realistas, vivimos en un mundo principalmente capitalista, pero eso no significa que eso no pueda o no deba cambiar.
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