El Parlamento británico asestó un duro revés al primer ministro Tony Blair al rechazar por cómoda mayoría una cláusula clave de su legislación antiterrorista. En la primera derrota que sufre Blair en la Cámara de los Comunes desde su elección en 1997, una alianza de diputados laboristas rebeldes y opositores votó en contra de la cláusula que proponía extender a 90 días el plazo de detención sin cargos de sospechosos de terrorismo.
A la sombra de los atentados del 7 y 21 de julio pasados, Blair apretó el acelerador y apostó una considerable parte de su capital político a una durísima ley antiterrorista. Las dos cláusulas más polémicas eran la penalización de una vaga “glorificación del terrorismo” y la extensión del período de detención sin cargo de sospechosos. Muchos laboristas se oponían a ambas medidas por considerar que violaban los derechos más elementales, ponían en peligro la libertad de expresión y se prestaban a todo tipo de excesos. A pesar de que cuenta con una mayoría parlamentaria de 66 diputados, la semana pasada el gobierno consiguió que la cámara aprobara la primera de estas cláusulas por un solo voto. Ayer el golpe fue mucho más contundente. Luego de la votación, el líder de la oposición, el conservador Michael Howard exigió la renuncia del premier. Blair respondió que jamás se le había cruzado por la cabeza dimitir. “Esta votación no afecta mi autoridad. Por supuesto que hubiera preferido ganar, pero a veces es mejor perder por una buena causa, que ganar a cualquier precio”, dijo el primer ministro a la BBC.
jueves, noviembre 10, 2005
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