¿Cuál es la mentalidad en el Perú?
La gente no cree que la ley está hecha para ser respetada. No hay una cultura de la legalidad, no hay una cultura de los procedimientos, no hay una cultura de normatividad. Aquí el que cumple la norma es el tonto. Eso es lo que tiene que cambiar.
¿Cómo se explica esa mentalidad? ¿Obedece a razones culturales o se debe a la desintegración social, la falta de un proyecto común?
El gran problema es que el Perú tiene culturas comunitaristas tradicionales que no tienen esta mentalidad.
¿Que no tienen la mentalidad institucional?
No. Que no tienen la mentalidad criolla, del vivo que piensa que la ley está hecha para ser burlada. En las culturas tradicionales la gente cumple con su normatividad consuetudinaria. Y el que se escapa de esa normatividad consuetudinaria es sancionado socialmente.
¿Porque el tejido social está funcionando?
Así es. Lamentablemente, en nuestra cultural nacional, no hablo de las culturas locales, domina la cultura criolla, la del hispanohablante urbano, que es la cultura de los grandes partidos políticos. Al entrar a la política, la gente de estas culturas tradicionales está prácticamente obligada a entrar a un partido y entra a este mundo de “la ley está hecha para ser burlada”. Y se malogran. Yo los veo constantemente. Porque la cultura nacional es la cultura de la sociedad civil, la cultura del Estado.
(...)
Sí, no solamente hay un descontento, hay mucha cólera, mucha rabia contenida.
¿Hacia el Estado?
Hacia lo oficial, en general. Hacia los partidos, los políticos, hacia lo que acá llamamos clase política. Es un estado de ánimo muy fuerte que se expresa en las elecciones.
¿Y eso pasa porque el Estado no está llegando o porque está llegando mal?
Primero porque no llega o, peor, cuando llega. Porque lo que llega es un Estado corrupto. Llega un Estado con policías que empiezan a chantajear a la gente, etc. La gente quiere ser incluida en el Estado, pero el Estado que llega tendría que empezar por limpiarse a sí mismo.
(...)Hace ya algún tiempo, escuché decir a Mirko Lauer que la corrupción suele ser proyectada hacia la clase política cuando en realidad se trata de un fenómeno sistémico. Somos corruptos en todos los niveles y por eso no ayuda pedir una renovación total en el Congreso si nosotros no cambiamos como sociedad.
Estoy convencido de que el Perú está en un estado de anomia crónica y todavía no estamos conscientes de eso.
¿Qué significa anomia?
Es un concepto que me sirvió para entender un poco lo que pasa en nuestro país. Anomia es la ausencia de creencia o de credibilidad en las normas y en las instituciones. Cuando una sociedad cae en la anomia estamos frente a un grave problema.
¿Pero por qué hay eso? En teoría, una ley sirve a todos. El semáforo no solamente facilita la vida de los demás conductores, sino también la mía aunque a veces me moleste tener que parar cuando quiero avanzar. ¿Por qué no se cree que la ley está hecha para el propio bien? ¿Por qué la necesidad de burlar todo eso? En países como Alemania hay una fuerte censura social para los que burlan las leyes.
Claro, hay una censura social y no sólo jurídica. Aquí alguien pasa la luz roja y los demás se ríen. Por eso digo que hay una cultura anómica, internalizada por las personas.
¿Y eso a qué se debe?
Pienso que se debe, en gran parte, a que no se hace nada para que desaparezca. Me imagino que en la educación pública y privada de otros países enseñan desde chicos el significado del “no”. Eso es algo que se tiene que crear. Ahora, la anomia es un fenómeno que se va dando lentamente porque hace 40 años no existía.
Es algo que podría estar relacionado con la desintegración social, con el hecho de que no se reconozca al otro dentro de la sociedad.
Sí, yo creo que el desmembramiento del tejido social viene con la anomia.
1 comentario:
Muy interesante.
1) Hace 40 años no existia la anomia
2) Las comunidades aborigenes no sufren anomia.
3) El hispanoparlente urbano peruano es quien sufre anomia y no respeta la ley.
Supongo que al indio se la hacen cumplir a rebencazos o se han aislado en sus comunidades. El no-indio urbano no tiene donde ir y sabe que las leyes son el producto de una elite parasitaria.
Seria idiota si tuviera la cultura legalista de un europeo o de un usamericano sin perjuicio de que no respetar leyes como las de transito hablan de una falta de selectividad ominosa.
Mi tesis es que las naciones que respetan las leyes son las que las hacen no las que se las imponen.
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