sábado, abril 05, 2008

Represion

Nací al final de una dictadura militar. Pronto llegó la democracia, pero muchos de mis recuerdos de infancia incluyen noticias de enfrentamientos entre huelguistas y policías, detenciones arbitrarias, torturas, masacres. De hecho, mis recreos en la primaria los pasaba en el Campo de Marte, y a veces se veían interrumpidos por marchas sindicales. Al día siguiente no faltaba el niño que encontraba una latita y la agitaba con curiosidad, tras lo cual un extraño humo y una sensación de ardor en los ojos nos hacía a todos regresar corriendo al colegio. Sí pues, aprendimos temprano algunas cosas. Luego vino Fujimori, la información era más confusa pero sabíamos que pasaban cosas terribles. Ya más grande tuve ocasión de reencontrarme con ese viejo olor mientras corría por el centro...

En fin, mi historia no importa mucho. Sólo es una forma de decir que la represión es una antigua conocida de los que bordeamos los 30. Sabemos de qué va. Es triste pensar que el triste gobierno de Toledo fue nuestra pequeña primavera democrática, al menos en este aspecto.

El fascismo de cierto sector del APRA está oficialmente instalado en el gobierno. Como la vez pasada. Yo no quiero la misma película otra vez (encima, como Rambo, con el mismo actor principal más viejo). El fantasma de la hiperinflación es terrorífico, sí, pero a mí me da mas miedo el fantasma de la represión.

Melissa Patiño es una estudiante de 20 años que ha sido detenida acusada de terrorismo por participar en un encuentro de la Coordinadora Continental Bolivariana. Dicen los que saben que ella no simpatiza con ningún grupo violentista, y que además sólo fue a cubrir el evento. Dicen también que era un evento público, autorizado y abierto, no una reunión conspirativa terrorista. Todo eso lo deja bastante claro Rocío Silva. Lo único que puedo decir es que si el gobierno no es capaz de explicarnos por qué está presa esta persona, tendríamos que exigirle que la deje en libertad. Quizá en Perú otra vez todos somos culpables hasta que se pruebe (o acepte) lo contrario.

El Averno y el Yacana son bares-centros culturales del jirón Quilca. En ellos, además del usual consumo de licor, conversación interminable y gileos diversos, los artistas y músicos dan a conocer sus propuestas, generalmente ubicables en el incierto rango de lo "contracultural" (nota: en un país democrático la contracultura es aceptada como parte de la libertad de opinión de las personas). Hace una semana, ambos espacios fueron asaltados por policías en busca de terroristas. El 14 de marzo hubo un incidente similar en Yacana.

¿Cuál es el sentido de este tipo de acciones? ¿El ministerio del interior cree que los jóvenes, artistas y bohemios son una amenaza terrorista? ¿No será más bien que simplemente le jode el pensamiento disidente, la gente distinta, las opiniones discordantes? ¿Será que quiere dar algunos ejemplos de lo que te puede pasar si no te quedas en tu casa celebrando los logros económicos del gobierno? No sé si mi lenguaje esté pasado de moda, pero yo creo que eso se llama terrorismo de Estado.

Una canción que estaba de moda en aquellos tiempos del Campo de Marte:


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