sábado, febrero 04, 2006

La mano que mece la urna


Nuestro asiduo amigo el Morsa nos ha pasado esta nota de Ricardo Ramos Tremolada, aparecida en Perú21 el 6 de febrero, sobre las presiones de grupos de poder económico sobre las elecciones. Lo copio entero (lo que no significa que esté enteramente de acuerdo) :


De eso no se habla, ¿verdad, Lourdes?

Curiosa, por decir lo menos, la súbita salida del aire de César Hildebrandt. Curiosa, digo, no por la salida en sí, parte ya de la tradición Hildebrandt, sino porque justo un día antes -casi como anunciando despedida-, sostenía él que había fuertes "presiones" para que todos los medios hicieran campaña por Lourdes Flores. ¿Existen, en verdad, esas 'presiones'? Y si existen, ¿quiénes están detrás de las mismas? Creo que este es un tema clave en la presente campaña electoral y, por lo tanto, debe motivar nuestra reflexión.

La denuncia de Hildebrandt, para comenzar, no salía de la nada. Venía precedida de algunos hechos concretos. Primero, la denuncia de Jorge del Castillo sobre la supuesta injerencia de grupos financieros para 'comprar' el retiro de algunos candidatos 'menores' y favorecer así la candidatura de Lourdes Flores. Segundo, mi propia especulación de la semana pasada, sobre quién podría ser el titiritero de un escenario electoral que, a todas luces, se presenta cada día más sinuoso y sospechoso (para muestra basta un botón: Rosa María Palacios entregándole a Lourdes Flores, en bandeja, gran parte de su programa del último jueves, casi espacio político contratado).

Tercero, la comida pro fondos que los amigos de Lourdes Flores le hicieron, el martes último, en el Marriott. Como todos saben, estuvo Laura Bozzo, que ya es decir bastante, especialmente pensando en la corrupta moral montesinista. Las propias palabras de la otrora íntima de Montesinos lo dicen todo: "Lourdes me defendió cuando estaba bajo arresto domiciliario. Tiene mi apoyo. Ya es hora de que una mujer gobierne. Estamos asqueados de los hombres. Si no sale elegida, seguro me darán otros tres años de arresto domiciliario", dijo. ¡Qué joyita!

No solo eso. Lo más importante es que en esa cena también estuvo la plana mayor del titiritero al que aludí en mi columna anterior, nuestro santo e intocable varón Dionisio Romero Seminario, de cuyos negociados con el corrupto asesor de Fujimori pocos dudan: ahí están, como fehacientes evidencias, los famosos videos que nos dejó este último. En esa reunión, como decía, estuvieron muchos escuderos de Dionisio Romero. ¿Quieren nombres? Aquí están: Reynaldo Llosa Barber y Aldo Carugia, director y gerente de RR.PP. de Credicorp, respectivamente; Martín Pérez, gerente general de Minka; Arturo Rodrigo Santistevan, gerente general de El Pacífico, además de otros representantes de menor rango. Todos ellos liderados por Arturo Woodman, confidende, operador e íntimo y "único" amigo de Dionisio -según propia confesión- desde los tiempos en que jugaban básquet en su piurana infancia. Es decir, todo el clan Romero.

Huele mal el asunto, me temo. Peor aun si agregamos los topos de Montesinos que Lourdes lleva en su lista parlamentaria. ¿Ignora ella que fue Woodman el contacto entre Dionisio y Vladimiro? No lo sé, pero sonríe plácidamente, acaso porque se sabe ya la candidata oficial del establishment, como también sabe que con Dionisio nadie se mete. De eso no se habla y punto, ¿verdad, Lourdes?


Pues sí, como decía malaspectoso en comentarios al post anterior, tenemos que pensar más en las maquinarias, los hilos que controlan la opinión, todo eso. Sin embargo, creo que Ramos no toma en cuenta un factor más: salga quien salga, los grandes grupos de poder como el Romero se van a acomodar. Así lo hicieron en 1990, así lo han hecho siempre (de hecho, Dionisio consiguió controlar el Banco de Crédito gracias a Velasco). Así lo harán siempre, y -ojo- eso no es malo en sí mismo. Cada gobierno tiene que trabajar con los grupos de poder económico existentes y viceversa. El problema es cuando ese trabajar consiste en unirse para obtener toda clase de beneficios más allá de cualquier legalidad, legitimidad y justicia. Que es, claro, lo que ha ocurrido en el Perú desde hace unos cuantos siglos.

Actualización: Hoy Rosa María Palacios se defiende (y a su gremio) en un artículo en La Primera. Aunque acierta en considerar ingenuas las teorías conspirativas tipo "han comprado a todos" o "los medios fabrican y destruyen a los personajes políticos", termina haciendo una más ingenua aún apología de los periodistas:

La verdad es que los periodistas que yo conozco no defienden personas, defienden unas pocas ideas: la libertad de expresión, la forma democrática de gobierno y la vigencia de los derechos humanos para todos y todas.

Sospechan de actos corruptos y los señalan, y cuando tienen pruebas, los denuncian. Eso es todo. Simple pero a la vez esencial para servir a una audiencia que tiene todo el derecho de estar bien informada.

La única duda: ¿cuál dedo me chupo? Lean la columna y un comentario mejor en el blog Surfing el Amazonas.

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